"Si luchas, puedes perder. Si no luchas, estás perdido".


viernes, 22 de mayo de 2015

CONFRONTACIÓN


Asúmelo: nada va a cambiar después del 24-M.

Van a ganar los de siempre. Con menos mayoría, quizá necesiten pactos en algunos lugares... Muy poca factura para tanto mal que han causado.

Y esto va a ser así porque en España existen dos tipos de ciudadanos: el mal ciudadano y el buen ciudadano.

El mal ciudadano no quiere cambio. A él la corrupción, las falsas promesas, la política de amiguetes... se la sudan, o no son motivos suficientemente importantes como para cambiar su voto. Reconócelo mal ciudadano, si mañana Rajoy o Sánchez salieran en las noticias follándose a un niño, tú les seguirías votando. Por eso eres un mal ciudadano.

El buen ciudadano quiere cambio. Es sensible a problemáticas sociales como el paro, la pobreza y la desigualdad. Por ello aspira a un modelo político más justo y democrático. Pero mientras que el mal ciudadano sabe muy bien a quién votar, el buen ciudadano tiene su voto totalmente fragmentado.

Por eso van a ganar los de siempre: los malos.

Tras varios años de crisis, la hartura social ante la incompetencia de los políticos, que no sólo no sabían solucionar los grandes problemas sociales, sino que además los agravaban por su conocido afán de apropiarse de lo ajeno (lo de todos), desembocó en el 15-M. Y algún tiempo después nos dimos cuenta de que patalear servía para algunas cosas, pero no para el cambio.

Así que tras el 15-M vino Podemos. Y después de estas elecciones autonómicas y municipales, y de las generales que serán un reflejo de aquéllas, comprobaremos que la política, hoy, tampoco sirve para el cambio.

Y si queremos el cambio... Pero qué estoy diciendo, claro que no queremos el cambio. NECESITAMOS EL CAMBIO. Nuestra gente se muere en los hospitales porque no hay personal para atenderles, se muere de pena porque no encuentra trabajo, se muere de rabia porque algunos viven por encima de sus posibilidades mientras sólo hacemos esfuerzos los que malvivimos bajo el umbral de la dignidad.

Yo no quiero morirme. Que se mueran ellos. Que muera el mal ciudadano

Y para que muera, debemos entender de una vez por todas que el CAMBIO NECESITA DE CONFRONTACIÓN.

No estoy llamando a la guerra, ni a un conflicto armado ni nada parecido. Lo que digo es que los malos, los que actúan mal, y votar a partidos que roban, mienten y sacrifican a su pueblo por los intereses de unos pocos, es actuar mal: tienen que enterarse.

Ya está bien de señalar única y exclusivamente a políticos, banqueros y grandes empresarios. Y los que les votan y legitiman sus chanchullos y enriquecimiento a costa del sufrimiento de generaciones enteras que están viendo perdidos sus sueños y esperanzas, ¿esos qué?

A ése, a ese mal ciudadano que está consolidando un sistema depredador, injusto e inmoral, díselo, que se entere, que se avergüence de sí mismo, que se avergüence de ser la escoria en la que se ha convertido.

Porque ganar, van a ganar las elecciones. Pero por mi madre que se van a arrepentir de ello.

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