"Si luchas, puedes perder. Si no luchas, estás perdido".


domingo, 17 de febrero de 2019

UN SERIO PROBLEMA


Ayer vi "Vice", una de las películas candidatas a los Oscars y que narra la influencia de Dick Cheney, vicepresidente durante el mandato de George Bush, en la decisión de la invasión a Irak por EEUU y posterior nacimiento del Isis.

El punto de partida de la historia es muy interesante y me hizo que pensar: Cheney de joven era un hombre sin estudios universitarios, con un trabajo mediocre y problemas de alcohol. Cuando su mujer le compele a medrar porque no quiere estar al lado de un fracasado, Cheney cambia el chip de tal forma que más adelante consigue meter la cabeza en la Casa Blanca, en un puesto de poca relevancia, y desde ahí, progresivamente ir escalando posiciones, simplemente haciendo lo que se le dice que haga, hasta llegar a la vicepresidencia de los Estados Unidos.

Lo que me llamó tanto la atención de esta historia es la facilidad con la que alguien sin demasiadas dotes intelectuales, y muchas menos morales, puede llegar a ostentar tanto poder (durante la película se muestra que era Cheney quien estaba realmente, en las sombras, al mando del gobierno W Bush). Sin embargo esto no es tan difícil de entender ya que vivimos en un mundo que premia muchísimo más el oportunismo que la inteligencia, la ética o el esfuerzo. Lo cual choca bastante con los principios neoliberales que parten de un modelo en el que el esfuerzo individual ha de ser premiado, como motor del crecimiento de las comunidades. Pero si hasta un idiota como Cheney, y no digamos ya W Bush, pueden llegar a ocupar puestos de tan gran responsabilidad, uno por ser un leal lameculos, el otro por ser el hijo de papi, la pregunta que cabe hacerse es: ¿en manos de qué tipo de personas estamos dejando el motor del mundo?

Por otra parte, la historia de Cheney me sirve para hacer un análisis diferencial entre la personalidad prototípica de las personas de izquierda frente a las de la derecha. Al ser psicólogo, no puedo más que defender la importancia del entorno, sobre todo durante los primeros años de la vida del individuo, en la formación de su carácter, y por tanto de su ética personal. Quede claro que lo que voy a decir a continuación es una sobregeneralización, no se puede medir a todo el mundo por el mismo rasero ya que cada persona vive una experiencia única que le genera una personalidad exclusiva, y sin embargo sí que podemos encontrar muchos rasgos comunes según los grupos de división escogidos.

Pues bien, el carácter diferencial más típico que detecto entre las personas de derechas y de izquierdas es: la empatía. Las personas de izquierdas son más empáticas que las de derechas en tanto en cuanto éstas han sido educadas en un contexto en el que los principales valores son: la competitividad, el trabajo, el esfuerzo, la ambición, el prosperar, el llegar a ser alguien en la vida. Y las personas de izquierdas, en su mayoría pobres o de clase media o de orígenes humildes, han crecido en contextos donde, por necesidad, se transmitían más valores de solidaridad, cooperación y ayuda.

No estoy diciendo que cualquier persona de derechas tenga menos empatía que cualquier persona de izquierdas, ya que eso sería llevar lo particular a lo general, y tampoco estoy diciendo que todas las personas de derechas no sean solidarias, estoy seguro de que muchas lo son, pero también que hay muchas, posiblemente la mayoría, a las que el valor solidaridad no se las ha inculcado como uno de los valores principales en la vida.

Si a mí me enseñan desde pequeño que lo más importante es que estudie mucho y trabaje mucho para ser una persona muy de provecho en la vida, y que eso está antes que el amor, la amistad y la armonía entre los grupos (al fin y al cabo: mi prosperidad individual es más importante que la prosperidad de las comunidades), me orientaré a satisfacer mis necesidades, que además no se corresponderán con las necesidades básicas, sino con "necesidades" de éxito y fortuna, quedando las necesidades de los demás (incluyendo las básicas) muy en segundo plano. Por otra parte, fácilmente tenderé a pensar que si el otro no medra no es por mi culpa, sino porque no se está esforzando lo suficiente.

Al estar tan orientado en mi propio progreso individual (que nada tiene que ver con el crecimiento personal, si no con la acumulación de riqueza y de poder), perderé sensibilidad empática con otras personas simplemente porque "estoy demasiado centrado en lo mío". Efectivamente, la empatía es la capacidad de ponerse en el lugar del otro y por lo tanto abandonar, al menos de forma momentánea, mi actitud ególatra, lo cual resulta más complicado de hacer si me han enseñado desde pequeño que YO debo medrar, no a costa de los demás, no pisando a los demás... pero tampoco permitiendo que las necesidades de los demás, se interpongan.

Soy de los que piensa que no existen las buenas y malas personas en el mundo (ni siquiera Dick Cheney sería una mala persona, y os aseguro que tras ver la película os costará mucho coincidir en esa afirmación). Existen los buenos y los malos actos, y todos tenemos la capacidad de acometer buenos y malos actos. Pero si un grupo de personas, por regla general, ha sido educado en un contexto que ha facilitado rasgos egocéntricos y dificultado su desarrollo empático, y además el sistema socio-político-económico favorece que esas personas medren...

... en el mundo tenemos un serio problema.

El 28 de Abril son las elecciones generales en España. No te quedes en casa por favor. Vota.

Un abrazo.