"Si luchas, puedes perder. Si no luchas, estás perdido".


lunes, 2 de abril de 2012

Post 29M, ¿y ahora qué?: ni un paso atrás, ¡esta reforma la vamos a quitar!

Antes de la Huelga General del pasado jueves la posición de los indignados era clara: nada de pactos, nada de correcciones ni maquillajes, nos movilizamos por la derogación de la reforma. Si los sindicatos se sientan para negociar con el Gobierno...

Pongo los puntos suspensivos porque cuatro días después de la Huelga ni siquiera parece que haya avisos de que ese posible encuentro entre sindicatos y Gobiernos vaya a producirse. De hecho, hoy mismo Rajoy ha hablado ante los medios para decir "la cosa está mu malita" (en lugar de "la que hemos liado"), o "no me gusta lo que estoy haciendo pero es lo que hay" (en lugar de, "yo soy un mandao de la Merkel y el Sarkozy, oiga"). Y entre una cosa y otra, y antes y al final, ni una sola referencia a la Huelga. De nuevo el gobierno (esta vez del PP pero lo mismo pasó con el gobierno del PSOE) desoyendo la voluntad del pueblo. De nuevo dándonos la espalda, de nuevo haciéndonos ascos y tratando a millones de personas (que fueron los que se manifestaron e hicieron huelga el 29M) como a cuatro tarados.

Y para más inri, desde los medios (y desde el Gobierno haciendo uso de sus medios de manipulación), se pone el grito en el cielo por algunos de los disturbios que se produjeron ese día, sobre todo en Barcelona. ¿Disturbios? ¿Grito en el cielo? Si os tendríamos que matar a todos cabrones.

Os tendríamos que matar por una cuestión de honor,  porque estáis cobrando una pasta salida directamente de nuestros bolsillos y que se supone va destinada a que nos respresentéis, y no nos representáis, nos tratáis como la mierda, pero nunca olvidéis que somos la mierda que os da de comer.

Os tendríamos que matar por una cuestión de supervivencia, porque si vamos al fondo del asunto, la consecuencia última de esta reforma es que va a generar pobreza. Al construir un nuevo contexto laboral en el que la relación entre el empresario y el trabajador es absolutamente desigual, a favor del primero, se propicia la reducción de los sueldos y el aumento de las jornadas (¿no querían productividad y rentabilidad?, pues hala, ahí las tienen, ¡claro, así cualquiera!); vamos, que trabajaremos más (aún) para ganar menos (aún); vamos, que nos convertimos en mano de obra barata, y cómo decir que no, que la cosa está muy mala, que es lo que hay... Por ende nuestro poder adquisitivo baja al mismo tiempo que recursos imprescindibles como la electricidad y el gas siguen subiendo (fuente: últimos jodidos presupuestos-la que nos va a caer-generales-madre mía-del Estado-su puta madre). Y mientras nosotros nos convertimos en unos pobres muertos de hambres que no tienen ni pa pagar la luz, a los ricos que defraudan al Estado (es decir,que defraudan a todos, a tí, a mí y a Pepito el de los Palotes), se les perdona el 90% de lo estafado, pa que a partir de ahora sean unos niños buenos.

Y quemamos unos contenedores, rompemos unos escaparates, tiramos algunas piedras, ¿y esa es la noticia? No, perdona, la noticia es que después de tanto abuso algunos todavía sigan vivos.

Y no sigo, vaya a ser que diga alguna barbaridad (hasta el momento no dije ninguna, por si alguien lo dudaba). Ah, que qué hacemos ahora después de la Huelga. Pues no lo sé, seguir luchando, supongo. Más huelgas (de consumo y/o laborales), más manifestacciones, más acciones... Ya veremos. Lo que si tengo clara es una cosa, cualquier acto de violencia de aquí en adelante por nuestra parte y dirigido hacia el capital (hacia aquellos que tratan de empobrecernos) debería ser tenido en cuenta como legítima defensa ante el terrorismo económico y los terribles abusos que venimos padeciendo. No os dejéis manipular: no somos los atacantes, somos los atacados.

Pero ya viene siendo hora de contraatacar.