"Si luchas, puedes perder. Si no luchas, estás perdido".


domingo, 12 de noviembre de 2017

SOY ANDALUZ Y EMPATIZO CON EL INDEPENDENTISMO CATALÁN

Antes que nada una aclaración importante: empatizar no es apoyar, no es aprobar, no es estar de acuerdo, ni siquiera es simpatizar (una de las acepciones de simpatizar es precisamente "aprobar, apoyar"). Habría varias definiciones del término empatía, pero creo que la que sigue es bastante exacta: "Sentimiento de participación afectiva de una persona en la realidad que afecta a otra".

Entiendo cómo se sienten los independentistas catalanes y llego a  conectar de una manera idealista y afectiva en su motivaciones y conductas, hasta el punto de, sí, simpatizar con ellos en algunas de éstas.

Vaya, que a veces yo también me siento un poco independentista.

Para entender este sentir, hay que remontarse al 15 de Mayo de 2011: el 15M. Éste movimiento, del que participé, no tuvo su génesis, como creo que mucha gente malrecuerda hoy, ni en la corrupción, ni en la crisis ni en el alto desempleo. El lema con el que la plataforma Democracia Real Ya llamó a la gente a manifestarse aquél día fue: "¡Democracia Real Ya! No somos mercancías en manos de banqueros y empresarios". Después vinieron las acampadas, las mareas, Podemos... Y aunque todos expresaban muchas demandas distintas y más particulares (fin de la austeridad, medidas más contundentes contra la corrupción, más transparencia, más democracia...), la base, el punto de partida, seguía y sigue hoy estando ahí: recuperar la soberanía popular.

Hay razones de sobra para afirmar con rotundidad que, efectivamente, esa soberanía popular se ha perdido (si es que algún día se obtuvo) y que hoy quienes realmente toman las decisiones que nos afectan a todos, son una minoría: el poder financiero. Los políticos, que deberían trabajar para hacer realidad los intereses de sus respectivos pueblos, priorizan las motivaciones de Bancos, Multinacionales y otros organismos de poder económico, convirtiéndose por ende en marionetas al servicio de estas entidades. Una demostración: recientemente una representante de la ONG Intermón Oxfam declaraba en una entrevista que hay 8 personas que acumulan tanta riqueza como los 3 mil millones de personas más pobres del planeta. ¿Por qué es esto una demostración? Porque en el mundo existen males que la gran mayoría de personas (el pueblo) no quiere que existan, como la pobreza, el hambre, las guerras, la desigualdad... Lo que descubre el dato anterior es que esos males son evitables, pero siguen existiendo porque los recursos están en manos de unos pocos (el poder financiero) cuya voluntad no es combatir esos males sino seguir enriqueciéndose, por tanto: no es la voluntad de los pueblos la que se está materializando, sino la del poder financiero. Por tanto: las instituciones democráticas no están al servicio de los pueblos.

Y eso nos lleva al tema catalán, donde de manera aparente, y sólo aparente, y sorprendente también, los políticos sí están trabajando para hacer efectiva la soberanía popular, y con ello, la voluntad de su pueblo. Digo sólo aparentemente porque la lógica lo desmiente. Las razones que han llevado a los políticos independentistas catalanes a proclamar la independencia unilateral no son verdaderas ni falsas, simplemente no son válidas. Explicaré esto con un silogismo como ejemplo: 

Todos los peces viven en el mar.
Snorkel es un pez.
Por tanto: Snorkel vive en el mar.

Éste es un razonamiento ni verdadero ni falso, sino inválido, ya que parte de una premisa falsa que es "Todos los peces viven en el mar" (hay peces que viven en lagos, en ríos, en peceras...) y a partir de esa premisa falsa simplemente no podemos deducir dónde vive Snorkel. Pues bien: los independentistas parten de la premisa de que se votó el 1-O y esa votación reflejó la voluntad popular, y eso es inválido, porque esa votación fue anulada por el Constitucional y hubo muchos no independentistas, muchos "noes", que nos salieron a votar ese día y que precisamente a través de no salir a votar ese día estaban manifestando su voluntad popular: no quiero la independencia y ni siquiera acepto esta votación sobre la independencia. Por supuesto, no podemos deducir ni que sean más los "sí que los "no" ni lo contrario, simplemente la votación de 1-O no demuestra nada, no es válida, y desde entonces, sin embargo, el independentismo ha seguido su hoja de ruta como un tren fuera de control que no iba a llegar a ninguna parte.

Pero, PERO, no obstante, si seguimos la lógica del independentismo (y aquí es donde hago un ejercicio de empatía), si nos ponemos en su lugar y partimos de dar por buena una premisa que en realidad es falsa y que es que el 1-O se demostró que la mayoría de los catalanes quieren la independencia, observamos un hecho muy poco frecuente en las "democracias" actuales, y que es: políticos partiéndose la cara por hacer cumplir la voluntad popular (insisto en que esto es inválido desde el punto de vista lógico, pero ellos lo ven y lo sienten así porque parten de una lógica equivocada). Los políticos independentistas no están trabajando para cumplir con intereses partidistas, particulares o provenientes del poder financiero (todo lo contrario más bien viendo la cantidad de empresas que se han ido de Cataluña), sino por hacer cumplir lo que ellos creen que es la voluntad de su pueblo, y lo están haciendo hasta tal punto de ir a la cárcel por ello.

ESO ES LO QUE YO QUIERO

No políticos que se partan la cara por mí, sino gente que se parta la cara por la gente. Personas que despierten sus conciencias de una vez y actúen, con la finalidad de lograr que las decisiones que nos afectan a todos, las tomemos entre todos. 

Y hay una forma de hacerlo y es, ahora sí, simpatizando, y por tanto apoyando, a Unidos Podemos. Y antes de dejar de leer porque piensas que este artículo se acaba de convertir en un panfleto electoralista que te está diciendo a quién debes votar, permíteme por favor acabar exponiendo mi lógica de por qué recuperar la soberanía popular pasa por Unidos Podemos. Después, una vez que acabe, podrás seguir pensando como quieras y actuando como desees. Pero déjame explicarte, de una manera racional, por qué mi post se ha convertido de repente en un "panfleto electoralista":

Podemos es producto del 15M, nace con muchas personas que participaron de ese movimiento y con un objetivo idéntico a la manifestación del 15 de Mayo de 2011: recuperar las instituciones y ponerlas al servicio de la gente, es decir: recuperar la soberanía popular. Después sí que es verdad que, gracias también en gran parte a los medios de comunicación en ocasiones, en otras gracias a la propia torpeza de los políticos de Podemos (son humanos y se equivocan como cualquiera), nos hemos perdido en cuestiones menores: que si Pablo Iglesias o Errejón, que si Venezuela, que si el PP, que si la corrupción, que si el independentismo..., pero pregúntale a cualquier miembro de Podemos y te dirá que este punto de partida (y de fin trayecto) sigue estando ahí como una prioridad absoluta: recuperar la soberanía popular. Y para ejemplo un botón: Podemos ha declarado, mil veces y mil veces más, y ha acompañado sus declaraciones con actos (votaciones) que no está a favor de la independencia sino del derecho a decidir. Soberanía Popular.

Pues bien, si pusiéramos a los cuatro representantes de los grandes partidos en España (PP, PSOE, Podemos y Ciudadanos), los otros tres que no son Podemos, no voy a hablar ya de que no estuvieran a favor de derecho a decidir en Cataluña sobre la independencia porque tendrían un buen argumento: que también deberían votar el resto de españoles (y es un buen argumento, pero discutible, y sería entrar en otro debate más largo), sino que lo que me interesa poner en relevancia es que ninguno de esos tres partidos hablaría de recuperar la soberanía popular, ni en Cataluña, ni en Andalucía, ni en toda España, porque dentro de su lógica (o quizá más bien: empujados por sus motivaciones) no es cierto que no exista la soberanía popular. Dejar que las mayorías sociales, y no la minoría de las élites financieras, sean quienes realmente decidan sobre las cuestiones que afectan a estas mayorías, no entra ni siquiera en la agenda de estos partidos. Esto sólo está hoy en la agenda de un partido político (al menos entre los que tienen posibilidades de estar en el Congreso), y ése es Unidos Podemos.

Yo quiero partirme la cara por recuperar el control decisional respecto a las cuestiones colectivas en mi vida, y quiero gente que se parta la cara por hacer lo mismo. Pero ni siquiera hace falta eso. No hace falta partirse la cara, no hace faltar declarar la República Independiente de Nosotros Mismos e ir a la cárcel por ello.

Lo único que hace falta es darle la libertad de decidir a la gente para que sea la gente quien decida.

Decide.

lunes, 1 de mayo de 2017

LA DICTADURA DEL CAPITAL

Es increíble. Es increíble y horroroso al mismo tiempo, lo estúpidos que podemos llegar a ser.

El capitalismo es sin lugar a dudas la mayor prueba de lo infinita y trágica que es la estupidez humana.

Hemos generado, o facilitado o mantenido, o bien permitido que generen, faciliten o mantengan, un sistema socio-político-económico que es una gran falla. Y no lo es sólo porque en lugar de erradicar problemas como la pobreza, la desigualdad o el impacto medioambiental, los agraven (por si no fueran motivos suficientes), es también un error porque no da respuesta a la principal pregunta que se hace el ser humano desde que hace poco más de un siglo su esperanza de vida aumentó en décadas gracias a los avances de la medicina: ¿cómo soy feliz?

Desde que vivimos más tiempo, ya no es la supervivencia del individuo, la familia o la sociedad lo que nos preocupa, ahora lo es la felicidad. Y sin embargo, el Sistema Capitalista sigue apoyándose en indicadores económicos como el PIB para medir el crecimiento de las comunidades, en lugar de basar este crecimiento en indicadores psicosociales como la Percepción de Bienestar Subjetivo o la Salud Mental.

El resultado: tenemos gente que está deprimida siendo rica porque creen que eso es la felicidad, gente que es pobre y está deprimida porque son pobres, y gente de clase media que está deprimida porque quieren ser ricos.

Por otra parte, este infame Sistema Capitalista no recompensa el verdadero esfuerzo. Quien lo vea así, se está dejando llevar por el autoengaño. Para quien lo vea así: te han vendido la moto. Pero mucho. Puede haber esfuerzo al principio, sin duda. Hay gente que ha llegado a "lo más alto" (en cuanto a acumulación de riqueza y poder sin duda... ¿pero en cuanto a felicidad?), de la nada, a base de esfuerzo, trabajo, sacrificio, ahorro... al principio. Toda inversión de gotas de sudor y lágrimas tiene su límite, tanto en el coste como en el beneficio.

El Sistema Capitalista recompensa al Capital. Puedes ser pobre, trabajar mucho y ganar algo de dinero, y a partir de ahí hacer un par de inversiones y, si tienes suerte, que te den beneficios, y multiplicar éstos con otro par de inversiones, y coger los beneficios de estas últimas y multiplicarlos con otro par... Y así hasta el infinito. La Gran Maquinaria de Mierda ha empezado a funcionar. Y ese sujeto que en un principio se había esforzado y trabajado, ahora sólo vive de la renta que le dan sus inversiones.

Así se crea la acumulación de riqueza, así se crea la desigualdad, y así se crea un sistema que recompensa al que tiene dinero, al que tiene poder, en lugar de al que trabaja más, o al que más talento tiene o al que más bien aporta a la sociedad y al mundo con su trabajo. Por eso son ricos los usureros y mercaderes (banqueros y empresarios) y no los médicos, profesores, investigadores, poetas o cineastas.

¿Por qué debemos aceptar como premisa que debe ganar más dinero el que más dinero hace? ¿Por qué? ¿No hay otras cosas que hacer más importantes que el dinero? Salvar vidas, educar, entretener, hacer un mundo mejor.

¿Creéis que se puede hacer un mundo mejor dentro de un sistema cuyo índice del crecimiento humano es la riqueza material, y cuyo máximo valor de recompensa es el dinero?

Debería daros vergüenza ser tan estúpidos.

Sólo saldremos de esta Dictadura del Capitalismo cuando entendamos que las crisis ni son cíclicas ni son por tanto crisis, ni son culpa de los políticos, los empresarios, los banqueros, o los votantes...

De las crisis se aprende, se crece. Y nosotros ni hemos aprendido ni hemos crecido. Los trastornos de ansiedad y depresión sí lo están haciendo, al mismo tiempo que crece la desigualdad en un mundo que se nos muere.

Estamos dentro de un Sistema Fallido y es responsabilidad de cada uno de nosotros salirse del Sistema.

Dándole la vuelta a la maldita escala de valores. Que no sean los que más dinero hacen los que más ganen, sino los que más bienestar aportan. Que no sea el dinero la máxima ganancia, sino la felicidad.

Que no sea el dinero lo que mueva el mundo, sino el amor.