"Si luchas, puedes perder. Si no luchas, estás perdido".


martes, 27 de diciembre de 2011

El año en el que nos indignamos.

Siempre que se acerca la fecha para despedir un año es un buen momento para recapitular todo lo bueno y lo malo, dejarse invadir por fuertes sentimientos de nostalgia y hacer profundas reflexiones y autocríticas.

Ahí va la mía.

2011 siempre será recordado por ser el año en el que en España, un grupo relativamente numeroso de personas, inspirados en las revoluciones de la primavera árabe, salieron a la calle y ocuparon plazas para manifestar su indignación y descontento ante la situación económica y social del país, hartos de que la clase política sólo atienda los mandatos del sector financiero y no las necesidades del pueblo. Estas personas, que conforman un grupo muy heterogéneo (hay gente joven, gente mayor, parados, trabajadores, funcionarios, estudiantes, amas de casa...), empezaron a organizar asambleas, debates, foros, grupos de trabajo, etc., con el fin de buscar soluciones a sus problemas, ya que como sus dirigentes políticos no estaban al quite, alguien tenía que ocuparse de esto. Este movimiento se extendió e imitó en otras partes del mundo; evidencias de ello fueron la gran manifestación global vivida el 15 de Octubre, en la que participaron indignados de casi 1000 ciudades, y el movimiento "Occupy Wall Street", en Estados Unidos, que aún hoy sigue vivo y organizando asambleas y manifestaciones multitudinarias.

Todo comenzó un 15 de Mayo de 2011, por eso al movimiento se le llamó 15-M. Hoy, más de siete meses después de aquel día, podemos decir, sin temor a equivocarnos... Que muy poco ha cambiado desde entonces. Hoy, me siento como al paciente al que le detectan una grave enfermedad: debo dar gracias por haberme enterado porque sólo así podré tratarme y sobrevivir a ella, pero por otro lado soy incapaz de evitar un deterioro en mi calidad de vida por ser consciente de mi enfermedad. No sé si alguno o alguna de los que me leen se sentirá identificado conmigo en esto, pero, desde que soy indignado, mi indignación, lejos de menguar, ha ido creciendo y creciendo sin límites. Los que nos hemos acercado a este tipo de movimientos, hemos tenido la oportunidad de acceder a una multitud de información de la que antes carecíamos. Y día tras día (y esto de "día tras día" no es una expresión, es rigurosamente cierto) hemos podido ver noticias contrastadas que son una prueba manifiesta de cómo siguen robándonos, mintiéndonos, explotándonos, abusando de sus privilegios, engordando la frontera que separa a los ricos de los pobres, corrompiendo nuestro estado del bienestar... No hace falta darle muchas vueltas al tema, todo se puede resumir en una sencilla frase; la cosa está así: les hemos dicho que no nos gustaba lo que nos estaban haciendo y ellos han seguido haciéndolo. Y no van a parar, no van a parar, no van a parar...

Porque tienen el poder. Precisamente, la actividad del 15-M y de Democracia Real Ya (plataforma hermana del movimiento y que convocó la manifestación del 15 de Mayo) se ha centrado en un objetivo prioritario: el empoderamiento del pueblo. Y en este duro viaje se han encontrado con un obstáculo imprevisto (algunos ya se lo veían venir): el propio pueblo. Tenemos que empezar a hacernos a la idea, aunque estemos pidiendo cosas que casi todo el mundo quiere, no todo el mundo se va a tomar la molestia de pedirlas, ya sea por ignorancia, por desconfiaza, por desidia, por miedo o por pesimismo. No somos el 99% ni lo seremos nunca, y aunque así fuera, ¿qué? La manifestaciones del 15 de Octubre fueron una sorprendente exhibición de apoyo, de fuerza y de unión, pero... ¿Sirvió para algo? Al día siguiente los políticos ni se dignaron a hablar de ello, un mes más tarde la derecha, tan opuesta a los fines que persigue el movimiento, se hizo con el gobierno, en Italia y Grecia dos exbanqueros son nombrados presidentes de Estado, en España también ya algunos ministerios están siendo ocupados por exbanqueros.

Les decimos que no nos gusta lo que nos están haciendo, y no es que lo sigan haciendo, es que van a más, van a peor. Tiene su sentido: si detectas que alguien te quiere arrebatar el poder, procúrate las condiciones idóneas para que eso no pase. Ahora mismo, el poder está blindado y con esto, como dice la canción, se ha arrestado a la justicia por orden de la avaricia.

Pero la justicia ha de existir, y se ha de cumplir, aunque muchos no quieran o no hagan nada a su favor. Y nosotros, 15-M, Democracia Real Ya e indignados en general, nosotros que tenemos un sentido de la justicia mucho más alto que el 99% de la población, nosotros que poseemos una conciencia mucho más clara de la realidad que el 99% y un intelecto mucho mayor que ese 99%, debemos luchar por la justicia. Para ello, debemos dejar de pensar en impactos cuantitativos y centrarnos en lograr impactos cualitativos. Abandonemos la idea de alterar conciencias, que ya hemos trabajado en ello bastante, y empecemos a alterar el espacio físico en el que vivimos.

No somos el 99% pero desde luego, no somos pocos. Somos un ejercito, pues combatamos. Organicémonos mejor, coordinémonos, pasemos a la acción. Luchemos por que este texto, de una mera reflexión, se convierta algún día en toda una declaración de intenciones. El 2011 fue el año de la indignación. De ti depende que el 2012 sea el año de la reacción.

martes, 6 de diciembre de 2011

Un día para la vergüenza.

Hoy es un día de gozo y felicidad para muchos, pues se celebra el día de la Constitución española.

Hoy es el día en el que se celebra la creación de los fundamentos oficiales y estructurales que dieron lugar a una numerosa casta de políticos, consejeros, asesores y cargos varios que mamarían, a partir de entonces, de la teta del estado, ejerciendo la mayoría de las veces funciones prescindibles y desoyendo, casi siempre, a aquellos que les dan de comer, además de pagar sus ostentosos vicios: los ciudadanos.

Hoy es el día en el que se celebra la creación de un complicado pero meticuloso mecanismo legal y burocrático, encargado de hacer pensar al pensador medio que ahora es más libre de lo que era antes, pero limitándole en realidad su capacidad de decisión, delegando ese poder a 350 individuos encargados de tomar las decisiones que nos afectan a más de cuarenta y siete millones de españoles; cuarenta y siete millones de personas sometidas a una forma de tiranía sutil legitimada por una farsa de sistema y un texto de engañabobos.   

Hoy es el día en el que se celebran los cuatros valores superiores del ordenamiento jurídico, bases sobre las que deben sustentarse todas las leyes del Estado:  la libertad (nos manifestamos pacíficamente en las plazas y nos pegan), la justicia (que se lo digan a todos los políticos corruptos, o a Urdangarín, o a los padres de Marta del Castillo), la igualdad (desde que empezó la crisis, las diferencias entre ricos y pobres han aumentado abismalmente), y el pluralismo político (la ley electoral de nuestro país no hace otra cosa que favorecer el bipartidismo PPSOE).

Hoy es un día de felicidad y gozo para muchos. Hoy debería ser un día de vergüenza para la gran mayoría. Y mientras la clase política se viste de gala y festeja este día a costa de nuestro dinero (a costa de nuestro sudor), el 15-M permanece mudo, callado, quieto, dormido. Esperemos que sólo sea una breve siesta. Esperemos que sólo sea el frío invierno que ha congelado, únicamente de forma temporal, los tan recientes enardecidos ánimos. Esperémoslo porque, algunos (y ojalá que no sean pocos) soñamos todavía con el día en que nos rebelemos, tal como hicierons nuestros hermanos árabes contra sus dictadores, pero nosotros con los nuestros, y demos por fin ese golpe de estado definitivo contra este sistema esclavizador, injusto, facilitador de las desigualdades y antidemocrático.

Mientras ocurre o no ocurre, a ti que estás leyendo, te invito a, que si tienes una Constitución a mano o puedes hacerte con una: LA QUEMES.