"Si luchas, puedes perder. Si no luchas, estás perdido".


lunes, 27 de mayo de 2013

Breve historia larga de la crisis

En mi anterior post expuse una "iluminación" personal para salir de la crisis: echar (pero echar echar, vamos, ¡desterrar!) a todos los integrantes del PP y del PSOE, por ser coresponsables de esta crisis, que es una estafa. Es decir, por ser los estafadores. Bien, parece lógico que mientras los estafadores se sigan manteniendo en los lugares de privilegio desde los cuales pueden seguir llevando a cabo sus fraudes, timos y engaños, esta crisis-estafa nunca se va a terminar. Pero, ¿con qué argumentación puedo defender yo que esta crisis está causada (con la complicidad cómo no del sector financiero) por PP y PSOE?

Para responder a esa pregunta haré un poco de Historia, una historia que viene de lejos, y que por tanto es una larga historia, pero que yo voy a intentar resumir. En primer lugar porque de historiador político tengo lo mismo que de tertuliano del "TDT Party", y en segundo lugar para no aburrir mucho:

Esta crisis se remonta a la época de Felipe González. Felipito el de la izquierda, Felipito el socialista, sí, pero también Felipito el muy europeista. Tanto, tanto, que nos metió en lo que hoy es la Unión Europea, desechando cualquier esperanza de desarrollo de un tejido productivo propio para dejarnos a remolque de lo que hicieran los paises fuertes de Europa (que hoy se traduce en darnos por culo a los españoles). Recompensa: ¡sueldo vitalicio a costa de los enculado, yuhuuu!

Llegó Aznar y terminó de cagarla con la entrada en la moneda única, y como no teníamos tejido productivo, dijo: "¿Qué hacemos si no tenemos nada que hacer? Po lo que se ha hecho siempre: coger un montonaco de ladrillos y hala, a construir". Y se construyó. Se construyó, se sonstruyó y se siguió construyendo. Y para entonces, probres de nosotros que aún no lo sabíamos, se había inflado una burbuja inmobiliaria de c... Recompensa: salir en la tele muchos años después de que se termine tu mandato y que toda España hable de ti.

Y llegó Zapatero y... ¡la que lió Zapatero! En primer lugar siguió inflando la burbuja, o por lo menos mucho caso no le hizo. Hasta que ésta le explotó a él y al resto de españoles en plena cara. Luego, como nuestra crisis era ya para entonces "crisis doble mortal", resultado de unir la crisis económica global con la crisis del ladrillo nacional, entramos en una mala racha, así que había que pedir ayuda a Europa, que para ese entonces ya era Alemania, es decir, que para ese entonces ya era Merkel, y ahí vino su gran bajada de pantalones: cuando cambió la Constitución para darle prioridad al pago de la deuda contraída con Alemania, y entonces la deuda pasó a ser mucho más importante que el estado del bienestar y todos los derechos que había alcanzado el pueblo español hasta la fecha y que fueron a valer lo mismo que vale un mojón en un palo. Recompensa: dicen que el motivo de que él no vaya a la tele es porque no puede sentarse. Aún le dura el escozor.

Y entonces, por fin, llegó Rajoy. Y Rajoy... ¡le habló a un plasma, ya está!

A ver, sí, que ya sé que Rajoy ha hecho otras muchas cosas en favor de la crisis, pero es que son muy recientes, y son muchas. ¿De verdad queréis que os hablé de ellas? ¿No tenéis suficiente ya para salir a la calle y gritar con orgullo "¡soy español, español, español!", o tenéis que esperar al próximo torneo entre naciones para hacerlo?

Y ésta es la breve pero larga historia de un sinfín de despropósitos que nos han ido llevando poco a poco a la ruina. Como véis, la "herencia recibida", al contrario de lo que dice la creencia Popular, no proviene de la época de Zapatero. Tampoco de la de Aznar. ¡Proviene ni más ni menos que del ochentero Felipe González! Y los sucesivos presidentes que ha tenido esta democracia, junto con sus secuaces, han ído aumentándola más y más con sus traspasos de Gobierno. 

Por eso no es suficiente no votar a ninguno de los dos en las próximas elecciones, ¡esta gente es un cáncer, y el cáncer se extirpar, se mata! Porque si no mucho me temo que o bien el cáncer acabará matándonos a nosotros, o bien algo mucho peor: acabará convirtiéndonos en enfermos terminales.

Y con lo que está durando esta crisis y el caminito que llevamos, no me extrañaría nada que así terminrara siendo... 

domingo, 26 de mayo de 2013

Yo soy más listo que Aznar

Y más guapo y más alto. Y sí, también sé que ninguna de las tres cosas tiene ningún mérito. El título de este post es sólo un vano intento de aparentar tener un ego más inflado que el del ex presidente, pero a eso sí que no le gana nadie.

Reapareció "Jose Mari Power" en una entrevista televisiva, y se ha hablado de ello tanto o más que cuando Mourinho se mete con alguien (es decir, todos los días). Este país, que es así.

"Súper presi"aprovechó para mandarle pullas al actual Gobierno, defender a su hijita (probre), y dejar caer la insinuación de que a lo mejor, quién sabe, pudiera darse el caso... volvía a la política.

Bien, sigo escribiendo para los que han resistido y no se han suicidado después de la impresión. La buena noticia es que dudo mucho que Aznar vaya a volver a la política. La mala que su "amenaza" responde a una necesidad psicológica de permanente reconocimiento (seguramente no fue un niño muy querido) a través de la cual nuestro amado Jose Mari siente el irrefrenable impulso de decirle a los demás que es el más listo de la clase y que tiene las recetas, qué narices las recetas, ¡la fórmula mágica para salir de la crisis!

Pues bien, en un intento de emular a nuestro ídolo, me voy a atrever a compararme con él y decir: ¡yo sí tengo la verdadera fórmula mágica para salir de la crisis! Y no, no es bajar los impuestos, no es aplicar más privatizaciones, ni siquiera es "cargarse a Rajoy" (aunque esto último ayudaría bastante). Qué va, es: que gente como Aznar salga del país y no vuelva más.

Esta crisis que no es una crisis sino una estafa, tiene responsables con nombres y apellidos, tiene estafadores, y los políticos del PP y del PSOE y su altos cargos son coestafadores. Hablo de Aznar, pero también de Felipe González, de Zapatero, de Rajoy, de Rubalcaba, y de todos sus secuaces ahora y en el pasado. Mientras los aparatos de poder y las personas que le dan vida se mantengan en el poder, nuestra maquinaria seguirá estando deteriorada, viciada, inútil, podrida. Por eso no basta con que otro partido gane las próximas elecciones: hay que sacar al gusano de la manzana. Hay que desterrarles a todos.

Y ya sé que esto de obligar al exilio a miles de personas suena muy mal, muy feo, a épocas pasadas nada nostálgicas. Ya, ya... Pero una cosa es ser un nazi o un fascista, y otra por no querer parecer un nazi o un fascista acabar siendo un boy scout. Y no está la cosa como para ser un boy scout. Además, si lo pensáis bien: ¿no se está produciendo ahora, al mismo tiempo que escribo estas palabras seguramente, un exilio obligado para muchos como nosotros que ni se lo han comido ni se lo han bebido?

Hacer el bien a veces supone repartir justamente el mal. La frase me suena de algo. Ah, sí, fue Gallardón: "Gobernar, a veces, es repartir dolor". Pues ya va siendo hora de repartir un poco, precisamente, entre nuestros gobernantes.

domingo, 12 de mayo de 2013

Tsunami

Hoy se celebra en España el 2º aniversario adelantado del 15 M. Dos años en los que ha crecido la indignación, ha empeorado el panorama socio-económico-político, y se mantienen, aunque cuesta se mantienen, muchas esperanzas y sueños.

Que éstos se conviertan en realidad sólo depende de nosotros, y más de lo que hagamos que de lo que escribamos en un blog. Por eso seré breve:

Ha llegado la hora en que todas las mareas, la marea del 15M, la marea verde, la marea blanca, la marea de los seis millones de parados... confluyan en Madrid para provocar un tsunami que hunda definitivamente este sistema bastardo e inhumano. 

Ha llegado la hora de hacer un llamamiento a los líderes de los movimientos sociales (porque aunque digan que no tienen líderes, sí que los tienen, y son aquellos que se pringan día a día, que trabajan constantemente, que salen al ruedo y se llenan las botas de barro) a que hablen, a que se coordinen, a que organicen una marcha a Madrid, no para sitiar el Congreso, ¡para arrasarlo!

Porque es eso o es acabar ahogándonos en nuestra propia misera. No hay alternativa, la revolución debe ponerse en marcha de una vez, debe estallar, como estallan las olas cuando muestran la imparable fuerza del océano.