"Si luchas, puedes perder. Si no luchas, estás perdido".


domingo, 10 de abril de 2016

RÍNDETE PABLO


Desde que conocimos los resultados de las votaciones en Diciembre, tres cosas importantes han pasado respecto a los tres partidos políticos que alcanzaron mayor número de votos:
  • No han parado de salir más nombres y datos sobre las corruptelas del PP. Esto no ha sido intencionado, como llegó a insinuar un ministro que dijo "qué casualidad que salga tanto ahora, cuando nos encontramos en un momento tan delicado". ¿Y el 2015, año de elecciones, no era un momento delicado? Y en el 2017 será otra cosa. Si durante estos meses han salido a la luz tantos casos en el PP es porque se han hecho públicos los sumarios en el momento en que tocaba. Y principalmente: porque en el PP hay mucha corrupción. Demasiada, y sistémica, corrupción.
  • El PSOE ha salido del armario. Ante el dilema de pactar con la Izquierda (Podemos+IU+Compromís) y pactar con el Centro Derecha de Ciudadanos, el PSOE ha preferido buscar el pacto con este último. Curioso para un partido que se denomina Partido Socialista Obrero Español. Si el PSOE obtuvo los peores resultados de su historia en las elecciones del 2015 ha sido porque muchos no se creían que siguiera siendo un verdadero partido de izquierda. Ahora esa creencia es ya una confirmación.
  • En Podemos ha habido divisiones y conflictos internos. Pablo Iglesias echó al Coordinador General en Madrid, esto a Errejón no le sentó muy bien... Pero poco más. Los problemas internos de un partido son eso, problemas, y por tanto solucionables, e internos, y por ello no deberían afectar demasiado al equilibrio de un país.
Pues bien, visto lo visto, éstos son los resultados de las últimas encuestas sobre intención de voto realizadas en España: sube un poquito el PP, PSOE se mantiene, y sube Ciudadanos en detrimento de Podemos que baja. Es decir, que para la gente (o más bien: para determinadas gentes) son más importantes los problemas internos de un partido que la corrupción o su auténtica ideología.

No, la gente, incluso determinadas gentes, no es tan idiota. Idiota no. Rígida mentalmente sí. Y no van a cambiar su voto. Porque es su costumbre votar a unos partidos o a otros, y son gentes de costumbres. Sus costumbres son su religión. Y ni aunque Rajoy fuera descubierto violando a un niño de 5 años, ni Pedro Sánchez sacrificando a vírgenes en una secta satánica, iban a dejar de creer en sus líderes, igual que algunas personas no dejan de creer en Dios a pesar de la Teoría científica de la evolución.

Es por esto que Pablo Iglesias debe, tiene, está obligado a... reconocer su derrota. La derrota de Podemos, la derrota del Movimiento para el Cambio, la derrota de los Indignados.

Una derrota que no sucede por deméritos propios: no es que seamos estúpidos, o tengamos poca experiencia, o seamos terroristas, o bolivarianos, o nos financiemos ilegalmente (una mentira más que se ha demostrado como eso en tribunales). No... Simplemente la sociedad no está preparada. La sociedad española (parte de esta sociedad), no está a la altura.

Así que ríndete Pablo, ríndete para que gane el mal menor, ríndete para favorecer un Gobierno entre C´s y PSOE (el Centro Derecha) y así no gane la Extrema Derecha representada por el PP. Esta rendición, como ves, esconde una victoria parcial. Que dadas las circunstancia, y dadas las gentes, ya es mucho.

Ríndete Pablo, y ya sea en la oposición o formando parte de ese Gobierno de Centro Derecha, Podemos encontrará menos obstáculos para continuar con la lucha, para seguir persiguiendo el sueño de construir un sistema económico-social más justo e igualitario.

Ojalá el Cambio fuera ahora, pero no va a ser ahora, Pablo. Confiemos en que las próximas generaciones sí estén preparados para sumarse a esa lucha.