"Si luchas, puedes perder. Si no luchas, estás perdido".


domingo, 21 de mayo de 2023

LA SUPUESTA SUPERIORIDAD MORAL DE LA IZQUIERDA



Según Yuval Noah Harari, historiador y autor del bestseller Sapiens, de animales a dioses, toda la gente que forma parte de la humanidad y pertenecen a distintas corrientes políticas o económicas, ya sea izquierdas, derechas, liberales, comunistas, social demócratas, republicanos, progresistas, conservadores y etc., pueden ser clasificados, en realidad, en dos grandes grupos: aquellos que priorizan la libertad individual por encima de todo y los que priorizan el bien común.


Si seguimos esta clasificación, cuando una persona de derecha (que prioriza la libertad individual) debate con una de izquierda (que prioriza el bien común), ni uno ni otro tiene la razón o se equivoca. Simplemente, uno va a pensar y actuar de forma consecuente con su principal prioridad, y por lo tanto van a pensar y actuar distinto porque tienen prioridades diferentes.


Habría que matizar que a la persona de derecha no le tiene por qué ser indiferente el bien común, solo que es este un bien que queda por debajo, en orden de prioridades, a la libertad individual, igual que la persona de izquierda no tiene por qué rechazar la libertad individual, solo que prefiere el bien común antes que aquella. En este sentido, y partiendo de la base de que ambas elecciones son libres y legítimas, ¿no nos están dando estas escalas de prioridades una información acerca de cómo son estas dos personas? Como mínimo, nos está diciendo que la persona de derecha es más egoísta que la persona de izquierda.


Y esto no es un juicio. Es una obviedad.


Como lo es que, en el sistema socioeconómico liberal, el preponderante hoy en el mundo, se da barra libre para que rasgos de personalidad que siempre se habían considerado vicios, como el egoísmo, la vanidad, la avaricia y codicia o la hostilidad, sean desarrollados y potenciados por los individuos como armas que les permiten prosperar... normalmente a costa de quienes no son así.


Cuando se habla, en tono denigrante, de la "supuesta superioridad moral de la izquierda"... ¿no será verdad? ¿No será verdad que, en efecto, somos moralmente superiores?


El liberalismo (o neoliberalismo, que es lo que tenemos ahora, gracias a las políticas Reagan-Thatcher), defiende la libertad individual por encima de cualquier cosa, incluso del bien de las comunidades (del bien común), y al hacerlo, señala con el dedo, acusa y condena a aquellos que se atreven a decir qué está bien y qué está mal, porque el hombre (y la mujer) que actúa libremente ya sabe qué está bien o mal (para ellos mismos) y nadie, exceptuando la ley, ha de decirles lo contrario. Por eso, una líder política como Ayuso, del grupo de los que, claramente, prioriza la libertad individual, dice que la justicia social es un invento de la izquierda. Claro. Y menos mal que la inventamos, oye.


Por mucho que los liberales quieran llevar la razón (la que más les conviene según su intereses), resulta que siempre hay y habrá, más allá de la ley, cosas que están bien y cosas que están mal. Se llama ética. Se llama moral. Y al mundo no le vendría nada mal que muchos estudiaran un poco de esas dos materias.


Porque, ya seas de izquierda, socialista, comunista, o sin etiquetas políticas, si piensas un poco como yo, si tu prioridad es el bien común, si quieres vivir en un mundo menos egoísta, competitivo y materialista, y más colectivo, cooperativo y humano, tienes derecho a expresarlo y a reclamarlo, sin ningún tipo de pudor.


Que no te avergüence ser superior moralmente. Porque lo eres. Y está bien. Es tu don. Aprovéchalo. ¡Un abrazo!  

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