"Si luchas, puedes perder. Si no luchas, estás perdido".


miércoles, 5 de septiembre de 2012

¡Andalucía en pie!

Sanchez Gordillo, alcalde de Marinaleda, y los hombres y mujeres del SAT (Sindicato Andaluz de Trabajadores), más otros trabajadores y jornaleros que se les han unido, han estado recorriendo durante las últimas semanas las provincias de Andalucía, en una marcha reivindicativa contra el injusto y abusivo ataque que la clase obrera viene padeciendo desde el Gobierno.

Ayer estuvieron en la ciudad de Málaga, donde un grupo de jornaleros ocuparon un banco, fueron detenidos, y finalmente puestos en libertad. En la ciudad malacitana fueron ampliamente acogidos por miembros de diferentes colectivos como el CGT o el 15-M, así como personas a título individual que simpatizan con este grupo de activos indignados. Incluso se celebró una paellada en la Plaza de la Constitución, como agradecimiento a su lucha. De los diferentes videos colgados en Internet sobre el evento, éste quizá, en el que aparece Diego Cañamero, portavoz del SAT, dirigiéndose a los medios de comunicación y a la ciudadanía en general, es el más significativo:


La marcha continúa y próximamente visitará Sevilla y Almería. Y no se detendrá ahí, sino que es muy probable que ponga rumbo a Madrid, donde próximamente se centrará el foco de atención de las reivindicaciones que se vienen produciendo del el 15 de Mayo de 2011: una gran manifestación, con la participación de diferentes colectivos y partidos políticos como IU, el 15 de Septiembre; y la acción Ocupa el Congreso (que si fueran más honestos los que la convocan, debería llamarse "Rodea el Congreso"), el 25 de Septiembre. 

Pero si por algo destaca este grupo de valientes y comprometidos hombres y mujeres andaluces, frente al resto de colectivos de protesta generados recientemente, es su rebeldía, su coraje y su determinación a conseguir un cambio real,  más que demostrado en acciones como la ocupación del banco de ayer o la sustracción de comida de los supermercados para repartirla entre familias con necesidades, hace también bastante poco. Incluso, en la manifestación de ayer en Málaga, en la que pude participar, se oyeron ya algunas voces (aisladas voces, pero sin duda valientes), llamando, por fin, a la lucha armada.

Seguro que habrá muchos que piensen que es lamentable que defienda el uso de la violencia. Pero mucho más lamentable es el hambre, la injusticia social, la distribución desigual de la riqueza o el paro. Todos estos factores, mantenidos en el tiempo, gracias a nuestra incapacidad para erradicarlos, incapacidad disimulada bajo cánticos y pancartas, traerán a la larga, mucha más muerte y miseria que cualquier revolución armada pueda provocar.

El problema en España es que venimos soportando desde hace tiempo un pesado lastre, el del franquismo. Y aquellos mismos que reprimieron a nuestros padres con aquel sistema y que hoy son los mismos que nos gobiernan a nosotros, nos han inculcado en la memoria, de una manera sutil, la idea de que cualquier acto de violencia es fascista, justo para que no podamos recurrir a ella y hacer frente, precisamente, a los fascistas, los mismos fascistas que décadas después de la caída del régimen siguen oprimiendo a los pobres y sobreprotegiendo a los ricos.

Sirva este breve análisis, sirvan mis palabras, mi pequeño granito de arena, para que, de una vez por todas, estalle el germen, ¡de la revolución!